Entre otras cosas, el Código Penal sanciona una serie de actos violentos, pues atentan contra la vida y la integridad de los individuos. A continuación, analizaremos algunos de estos delitos y las penas contempladas para cada uno. Si tienes dudas sobre un caso en particular, es recomendable que busques la asesoría de un Abogado penalista.

Homicidio y asesinato, ¿cuál es la diferencia?

Los conceptos de homicidio y asesinato están profundamente relacionados, pues en ambos casos se priva de la vida a por lo menos otra persona. Ahora bien, existen tres tipos de homicidio, a saber:

  • Homicidio doloso: Normalmente, en el derecho el dolo se deriva de una intención. En el caso que nos ocupa, se trata de homicidio doloso cuando la intención del actor es matar a la víctima.
  • Homicidio imprudente: Este tipo de acto se consuma como consecuencia de una acción que no tenía la finalidad de causarle daño a la víctima. El ejemplo más común lo encontramos en las muertes a causa de un accidente de tráfico, donde no existía el dolo ni la intención de matar.
  • Homicidio preterintencional: Esta designación se usa para definir muertes causadas por eventos que no pueden incluirse en las anteriores, pues sí existe dolo, pero no la intención de matar. Por ejemplo, pensemos en una persona que pretendía únicamente golpear a otra (dolo), pero no pretendía matarla.

Por supuesto, es prácticamente imposible saber con exactitud las intenciones del homicida. En cualquier caso, serán los tribunales los que determinen el tipo de delito aplicable a cada caso.

Ahora bien, en el caso que nos ocupa, el homicidio se diferencia del asesinato en la forma que se realiza. El asesinato se relaciona con un acto criminal, con ensañamiento, como los asesinos seriales. Además, otra característica distintiva es que habitualmente se efectúa a cambio de un precio o recompensa. Por eso, se usa la expresión «asesino a sueldo». A pesar de estas diferencias, ambos actos atentan contra la vida de las personas.

Detención ilegal y secuestro.

Otros conceptos relacionados entre sí son el secuestro y la detención ilegal, que comparten el acto de privación de la libertad de las víctimas a través de procedimientos ilegales. Sin embargo, en ambos casos existen diferencias sustanciales.

La detención ilegal corresponde a la acción de detener a una persona sin ningún justificante previsto por el Código vigente. Incluso, en el supuesto caso que una persona detuviera a otra y la presentara inmediatamente a las autoridades, será culpable del delito de detención ilegal. La excepción es cuando se siguen los lineamientos estipulados para la detención de infractores y delincuentes.

Por otro lado, el secuestro tiene como objetivo el pago de una recompensa o la obtención de algún beneficio a cambio de liberar a la víctima. En este caso, las penas que se sentencien como resultado del delito serán gravadas por el grado de violencia utilizada, así como las agresiones físicas, verbales y psicológicas hacia las víctimas, o en contra de cualquier otro individuo.

En cualquier caso, si has sido víctima de algún delito con violencia, y vives en las inmediaciones de la capital española, busca la asesoría de un abogado penalista en Madrid, pues así conocerás la mejor forma de proceder, desde el punto de vista legal.